Y de repente abro los ojos, y me veo, desnudo, descalzo sobre el suelo frío, perdido entre una niebla que no me deja ver más allá de mis ojos. Da igual el camino elegido, todos parecen llevar al mismo lugar, o a otro diferente, pero sin encontrar salida.
Desde fuera, vestidos de lino, los que evitaron la niebla creen haber pasado todo el calvario y ríen al verme cada vez más desnudo pero tan perdido como siempre.
Lo que no saben, es que cuanto más los veo reír, más fuerzas me dan para seguir desnudándome hacia la felicidad; pues el modo de alcanzarla no es aparentar haber llegado por el camino más corto, sino llegar de verdad por el camino adecuado, en el que están de más adornos y florituras.
Kike Sirvent
No hay comentarios:
Publicar un comentario